En un aparte más o menos discreto en el aeropuerto de Kuwait, Joan Laporta se acercó a Pep Guardiola para felicitarle las fiestas y decirle “Pep, tenemos que hablar”. El técnico asintió y ambos quedaron formalmente emplazados para “después de fiestas”. Obviamente, el tema de la reunión será la continuidad del técnico. Por tanto, este mes de enero se presenta como clave para desatascar la situación del entrenador, que aprovecha estas fechas para meditar sobre como gestionar su carrera profesional tras alcanzar un éxito sin precedentes como entrenador dle Barça y hacer historia en el fútbol mundial.
Por lo poco que ha trascendido desde el entorno del técnico, existen motivos que empujan a Pep a seguir y otros que le hacen valorar la opción de realizar un paréntesis en su tarea.
A favor de su continuidad juega el compromiso más que probado de Pep con su staff, con sus jugadores, que muchos han renovado por seguir con él, y con la entidad. El dinero no es problema y el cariño de la gente tampoco.
No obstante, Pep se siente cansado, no quiere ser utilizado en la campaña y quiere tener claro el proyecto deportivo de futuro. Además, como gran conocedor de la casa que es sabe que nadie dura eternamente en un banquillo comoel del Camp Nou que consume a sus inquilinos.
Una vez concluidas sus vacaciones en Qatar, Pep Guardiola ha regresado a Catalunya para pasar las navidades en familia. El técnico blaugrana se reincorporará al trabajo el próximo día 29 por la tarde.
Pero estas no han sido unas vacaciones más para el técnico que ha logrado la excelencia al frente del Barcelona. Guardiola, que acaba contrato el próximo 30 de junio, necesitaba este paréntesis para realizar una descompresión tras la impresionante temporada protagonizada. El entrenador barcelonista, que tras ganar la final del Mundial de Clubs en Abu Dhabi rompió a llorar sobre el césped ha estado sometido en las últimas semanas a una gran tensión y él más que nadie necesitaba un paréntesis para poder alejarse del día a día y disfrutar el éxito conseguido.
El propio Pep reconocía tras ganar a Estudiantes de la Plata que “a lo largo de este período de tiempo nos ha sido difícil disfrutar de los éxitos, porque siempre había un partido importante a la vuelta de la esquina. Hemos hecho algo muy grande, pero tengo la sensación de que no lo hemos podido disfrutar”.
Tras jugar el pasado lunes un partido amistoso en Kuwait, Guardiola no regresó a Barcelona con el resto de la expedición barcelonista. Se quedó en los Emiratos Arabes donde jugó hace seis años para poder tomar prespectiva del presente y del futuro.
Un futuro que preocupa más a los dirigentes que al propio entrenador. El hecho de que se deban convocar elecciones a la presidencia del club esta primavera y que el técnico que ha hecho historia en el club no haya realizado todavía ningún gesto respecto a su continuidad en el cargo ha creado cierto mar de fondo en la entidad.Desde el club no han escatimado esfuerzos por renovar a Guardiola. Le ofrecieron la renovación formalmente tras la final de Roma y durante el verano, el secretario técnico Txiki Begiristain formuló no pocos acercamientos al entrenador que siempre respondió con evasivas. “Tiene la oferta encima de la mesa, es cuestión de firmar”, afirmaba el secretario técnico este mes de septiembre mientras que Guardiola, desde la sala de prensa respondía que “ya habrá tiempo de hablar de esto, siento que el club no me traicionará y ellos saben que yo no les traicionaré a ellos”.
Bajo estas premisas fue pasando el primer trimestre de la temporada, que estaba condicionado a que se completara el trabajo realizado el curso pasado. Asñípues, el mundial de Abu Dhabi se dibujaba como el punto de inflexión que debía dar pie a las negociaciones en serio.
De hecho, Laporta ya realizó acercamientos a Guardiola en Abu Dhabi, pero las cosas, por parte del técnico siguieron igual que antes. No obstante, parece que tanto uno como otro han llegado a la conclusión de que hay que sentarse a hablar abiertamente de la continuidad de Pep y acabar con la incerteza que rodea al caso.
Laporta y Guardiola tienen reservada una fecha próxima para sentarse a hablar cara a cara y trazar el futuro del proyecto del club.
Pep medita y el Barcelona espera su decisión. El técnico es indiscutible tanto para la actual junta como para los aspirantes a ocupar la presidencia y él es perfectamente consciente de que cualquier gesto por su parte puede tener una trascendencia que ni él ni sus colaboradores desean. Así pues, de la sentada de la próxima semana puede depender la posibilidad de repetir una temporada histórica.
sport.es
Por lo poco que ha trascendido desde el entorno del técnico, existen motivos que empujan a Pep a seguir y otros que le hacen valorar la opción de realizar un paréntesis en su tarea.
A favor de su continuidad juega el compromiso más que probado de Pep con su staff, con sus jugadores, que muchos han renovado por seguir con él, y con la entidad. El dinero no es problema y el cariño de la gente tampoco.
No obstante, Pep se siente cansado, no quiere ser utilizado en la campaña y quiere tener claro el proyecto deportivo de futuro. Además, como gran conocedor de la casa que es sabe que nadie dura eternamente en un banquillo comoel del Camp Nou que consume a sus inquilinos.
Una vez concluidas sus vacaciones en Qatar, Pep Guardiola ha regresado a Catalunya para pasar las navidades en familia. El técnico blaugrana se reincorporará al trabajo el próximo día 29 por la tarde.
Pero estas no han sido unas vacaciones más para el técnico que ha logrado la excelencia al frente del Barcelona. Guardiola, que acaba contrato el próximo 30 de junio, necesitaba este paréntesis para realizar una descompresión tras la impresionante temporada protagonizada. El entrenador barcelonista, que tras ganar la final del Mundial de Clubs en Abu Dhabi rompió a llorar sobre el césped ha estado sometido en las últimas semanas a una gran tensión y él más que nadie necesitaba un paréntesis para poder alejarse del día a día y disfrutar el éxito conseguido.
El propio Pep reconocía tras ganar a Estudiantes de la Plata que “a lo largo de este período de tiempo nos ha sido difícil disfrutar de los éxitos, porque siempre había un partido importante a la vuelta de la esquina. Hemos hecho algo muy grande, pero tengo la sensación de que no lo hemos podido disfrutar”.
Tras jugar el pasado lunes un partido amistoso en Kuwait, Guardiola no regresó a Barcelona con el resto de la expedición barcelonista. Se quedó en los Emiratos Arabes donde jugó hace seis años para poder tomar prespectiva del presente y del futuro.
Un futuro que preocupa más a los dirigentes que al propio entrenador. El hecho de que se deban convocar elecciones a la presidencia del club esta primavera y que el técnico que ha hecho historia en el club no haya realizado todavía ningún gesto respecto a su continuidad en el cargo ha creado cierto mar de fondo en la entidad.Desde el club no han escatimado esfuerzos por renovar a Guardiola. Le ofrecieron la renovación formalmente tras la final de Roma y durante el verano, el secretario técnico Txiki Begiristain formuló no pocos acercamientos al entrenador que siempre respondió con evasivas. “Tiene la oferta encima de la mesa, es cuestión de firmar”, afirmaba el secretario técnico este mes de septiembre mientras que Guardiola, desde la sala de prensa respondía que “ya habrá tiempo de hablar de esto, siento que el club no me traicionará y ellos saben que yo no les traicionaré a ellos”.
Bajo estas premisas fue pasando el primer trimestre de la temporada, que estaba condicionado a que se completara el trabajo realizado el curso pasado. Asñípues, el mundial de Abu Dhabi se dibujaba como el punto de inflexión que debía dar pie a las negociaciones en serio.
De hecho, Laporta ya realizó acercamientos a Guardiola en Abu Dhabi, pero las cosas, por parte del técnico siguieron igual que antes. No obstante, parece que tanto uno como otro han llegado a la conclusión de que hay que sentarse a hablar abiertamente de la continuidad de Pep y acabar con la incerteza que rodea al caso.
Laporta y Guardiola tienen reservada una fecha próxima para sentarse a hablar cara a cara y trazar el futuro del proyecto del club.
Pep medita y el Barcelona espera su decisión. El técnico es indiscutible tanto para la actual junta como para los aspirantes a ocupar la presidencia y él es perfectamente consciente de que cualquier gesto por su parte puede tener una trascendencia que ni él ni sus colaboradores desean. Así pues, de la sentada de la próxima semana puede depender la posibilidad de repetir una temporada histórica.
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